Lehman Brothers, contigo empezó todo... o no.

“El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla.”

En la historia de los últimos dos siglos hay fechas que nunca deberían olvidarse, pasando por acontecimientos tan importantes a nivel mundial como son la invención del motor de explosión en 1876, al final de la Segunda Guerra Mundial, el 8 de mayo de 1945, que han marcado el devenir de la humanidad. Pero la historia económica también tiene sus hitos particulares, y al igual que el 24 de octubre de 1929, conocido como jueves negro o Crack del 29, el 15 de septiembre de 2008 fue y será clave para la historia de la Economía: el día que quebró Lehman Brothers. Hoy hace 8 años de aquello.


No todo comenzó con LB.

Resulta realmente difícil explicar cómo y por qué ocurrió todo, y es que daría para todo un libro, pero merece la pena contarlo.
Lehman Brothers era uno de los mayores bancos comerciales del mundo. Fundado en 1850, estaba especializado en la banca de inversión y la gestión de todo tipo de activos tanto a renta fija como variable. En sus últimos años de vida, LB se había lanzado a aprovecharse de las “grandes oportunidades” que ofrecía el crecimiento económico mundial, como hizo gran parte de la banca comercial mundial: en resumen, se dedicaron a ofrecer hipotecas a todo tipo de personas, sin pensar de verdad en si estas podrían llegar a devolver el préstamo. 
Cuando la banca en general se dio cuenta que este tipo de hipotecas, que ahora llamaremos subprime, no eran suficientes para generar las rentabilidades deseadas o que no serían pagadas –cuando tienes mucho, siempre quieres más-, pensaron en crear nuevos productos: los derivados hipotecarios. ¿Y esto qué es? De una forma muy simple, nuevos activos en los que había trocitos de hipotecas solventes e hipotecas subprime, cuya rentabilidad dependía de si estos préstamos y sus pagos se producían adecuadamente.
Toda la banca se apuntó, en mayor o menor medida a aquellos productos que pasaban de un banco a otro, y que se convirtieron en activos tóxicos cuando las subprime empezaban a dejar de pagarse. Las rentabilidades se agotaban, los préstamos dejaron de pagarse y todos comenzaron a perder dinero. Y a Lehman Brothers le tocó el gordo. Y es que la máquina especulativa y ansiosa del capitalismo había vuelto a romperse en pedazos.


Después de la caida de Lehman Brothers, el contagio mundial fue inmediato. Y con la misma velocidad con que nos miramos al espejo, esto se reflejó en los riesgos de impago de deuda de las principales naciones, en este gráfico, europeas.


Cuando el mundo tembló.

LB podría no haber caído. La administración Obama podría haberla rescatado. Pero después habrían venido decenas de quiebras y decenas de rescates. Y esta vez, el riesgo moral era mayor que el riesgo sistémico.
Aquel 15 de septiembre, LB no pudo ocultar más sus multimillonarias pérdidas, el agujero negro fue imposible de tapar y echó el cierre. Todo fue rápido, y para el mundo en general, era una sorpresa. Después, todo vino rodado y por todo el mundo, cada banco cuyos activos tóxicos eran imposibles de superar fue cayendo. Algunos fueron rescatados y otros no, dependiendo del Gobierno y la empresa aunque siempre pagados con dinero público, de todos.


Desde la quiebra del LB se han utilizado 3.6 billones de $ en rescatar bancos. Esto equivale a mas de 3 veces el PIB de España en un año.


Así, ocurrió lo que todos sabemos: La Gran Recesión. El paro, la desigualdad, las subidas de impuestos y los recortes en general se sucedieron en prácticamente todo el mundo desarrollado. Y hasta hoy, cuando muchos efectos de aquellos días duran aún.


Una lección difícil de olvidar… o no tanto.

De lo ocurrido hace tan poco tiempo tendríamos que tener un recuerdo fresco y nítido, porque siempre decimos que de los errores se aprende. Pero también, que el ser humano olvida muy rápido, quizá demasiado.
Muchas de aquellas hipotecas subprime eran a su vez producto de construcciones de viviendas innecesarias y burbujas inmobiliarias, que como en España, buscaban el dinero fácil y rápido. Y todo esto se quebró cuando este gran “ciclo ocioso” dejó de dar vueltas. También deberíamos fijarnos también en personas y nombres concretos, aunque sólo sea uno: Luis de Guindos, director de LB en España y Portugal en el momento de la quiebra.
Sin embargo, las cosas no han cambiado demasiado, y la banca ha seguido buscando las mayores rentabilidades de la forma más fácil y por supuesto engañosa. Desde la venta de preferentes, a una nueva subida de la cantidad de préstamos hipotecarios concedidos que de nuevo, a nivel general y en nuestro país está provocando una nueva subida de los precios de la vivienda.


Cantidad de hipotecas concedidas desde enero de 2013 a mayo de 2016., donde se ve un claro aumento.



¿No hemos pensado en qué puede ser mucho más seguro el alquiler de viviendas en vez de su compra? ¿No hemos pensado en que el dinero fácil y rápido no existe? ¿No nos hemos dado cuenta de que hemos estado, y estamos ante la mayor oportunidad de la Historia para cambiar el sistema económico? ¿O es que quizá estamos demasiado ocupados esperando que nos lo explique la tele?

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