Inditex y sus migas.

Competitiva, creadora de empleo, valor seguro en bolsa e icono mundial. Son 4 características que definen al mayor grupo textil del mundo, Inditex. Y al frente de todo ello su fundador, Amancio Ortega, con una fortuna del entorno de los 66.000 millones de euros. Ahora bien, queda para cada uno el enfoque que deseemos darle.


Y a un lado del grupo está su fundación, la F. Amancio Ortega, un tipo de institución que de un modo u otro, se ha generalizado en la mayoría de multimillonarios con el fin de dar una buena imagen cara al público (por ejemplo, Bill Gates) y además desgravarse algún dinero en impuestos (como cuando cualquiera de nosotros dona a una ONG). Y resulta que desde su creación en 2001, ha donado para fines sociales más de 500 millones de euros, 320 de los cuales se han donado este año para la adquisición de material para tratamiento oncológico en toda la sanidad pública española. No está mal, la verdad. Hasta aquí el papel de Ortega, Inditex y su fundación son intachables.

Sin embargo, a las personas nos ocurren muchas veces 2 situaciones: la primera, estar sobreinformados, y la segunda, mal informados. A veces incluso ambas a la vez, como es el caso. Así, no nos damos cuenta del fondo de lo que ocurre. ¿Está bien donar a la sanidad pública? Si, por supuesto, es por el bien de todos. ¿Deberíamos contribuir todos a sostenerla en función de nuestros ingresos? Con más ahínco si cabe hay que defender esta postura.

Y claro, parece entonces que por crear 100.000 puestos de trabajo directos e indirectos en todo el mundo, tener beneficios muy suculentos para sus accionistas (incrementos del 10% los últimos años) y realizar el 2% de los ingresos por Impuesto de Sociedades en España (unos 5.000 millones €) son suficientes motivos para perdonar, o no querer ver ciertos pecados de Inditex, Ortega y su fundación, que además son generalizables a casi todo el sector textil:

-          Salarios apenas superiores al SMI con contratos basura en los puntos de venta de los países desarrollados, que terminan aceptando chicos como yo para poder obtener alguna renta.

-          Mano de obra infantil y esclava en los países de producción, principalmente asiáticos y Marruecos. Inditex centra en torno al 70% de su producción en estas zonas donde, a pesar de la opacidad, movimientos anti-trabajo infantil como Marcha Global han demostrado que miles de niños trabajan para el sector en jornadas de 14h por 2€ al día. Cada vez que son preguntados por ello, las empresas evitan contestar.

Ehsan Ullah Khan, líder de Marcha Global, está exiliado
en Suecia por su lucha por los derechos infantiles en India
y Pakistán. Se quiso reunir en Galicia con P. Isla, director
de Inditex, pero éste no quiso recibirle.

  -          Terrorismo económico y medioambiental: asimismo, Inditex, junto con otras empresas líderes del sector, aprovechan las ínfimas legislaciones de los países donde producen para construir instalaciones de nula seguridad, acabando en muchos casos con miles de vidas humanas y contaminando gravemente entornos naturales únicos. Ver el ejemplo Rana Plaza, en India, donde la instalaciones inseguras de las textiles que allí producen, provocaron una tragedia con 1.132 muertes.

  -          Elusión de impuestos e influencia en el entorno político. Recordemos que la elusión de impuestos se aprovecha de los vacíos o resquicios legales para pagar menos impuestos. Auténtica ingeniería fiscal al servicio de los más ricos, además de una influencia notable en la reforma y creación de medidas laborables con las que ahorrarse aún más costes. En este sentido, desde 2011, se calcula que Inditex ha eludido pagar 600 millones en impuestos en nuestro país cada año. Millones de euros dirigidos a nuestra educación, nuestra sanidad…nuestro bienestar.

En el 40 aniversario de las primeras elecciones de nuestra aún frágil y modesta democracia (falsa en muchas ocasiones), debemos aspirar a mucho más para hacernos más fuertes. ¿Deberíamos aceptar este tipo de donaciones? Obviamente sí. Pero no por darle una palmada en la espalda y decirle a Ortega “¡qué bueno eres, gracias!”, sino porque debe de ser el primer paso para recuperar todo lo que nos quita (o nos deja a todos por deber) cada año. Y no, los puestos de trabajo de la empresa no peligrarían, sino que hasta podrian mejorarse.

Así, con los 3.600 millones eludidos estos últimos 6 años, podríamos, por ejemplo, ampliar medios para crear una justicia independiente, o comprar esos materiales oncológicos como se ha hecho ahora. Por cierto, nadie antes de esta donación se ha quedado en España sin tratamiento contra el cáncer. Incluso, con esos 600 millones, podríamos dotar de más elementos a la Agencia Tributaria para que individuos como Ortega contribuyan de verdad al bienestar común en vez de agradecerle sus migajas.

Para terminar, solo te pido una pequeña reflexión: supón que yo voy a tu casa, y robo tus joyas, el efectivo que tengas en ella, los electrodomésticos y hasta la ropa. Pero antes de irme demostrando mi superioridad, dejo que te quedes con un par de zapatos. ¿Lo entiendes ahora? Es cuestión de dignidad.

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