A día de hoy todo el mundo debe
conocer quién es Theresa May, la actual “Prime Minister” de Reino Unido.
Algunos la califican como “el regreso de la Dama de Hierro” haciendo así un
pequeño guiño a la anterior “Prime Minister” que fue Margaret Thatcher.
Aprovechando que Reino Unido está en el orden del dia de muchísimos periódicos nacionales e internacionales he decidido recordaros las acciones económicas de Margaret Thatcher las cuales cambiaron su país entero y parte del mundo.
Aprovechando que Reino Unido está en el orden del dia de muchísimos periódicos nacionales e internacionales he decidido recordaros las acciones económicas de Margaret Thatcher las cuales cambiaron su país entero y parte del mundo.
El 'Thatcherismo' impuesto por
Margaret podría resumirse en una idea primordial: la menor intervención por
parte del Estado para dar la mayor libertad posible a los mercados y a la
iniciativa privada ya que dentro de ambas variables en el plano económico, está
en juego su propio capital lo que les haría eficientes a la hora de no tener
pérdidas dentro de la economía. A pesar de esto, el Estado debe regular dentro
de sectores claves para la economía como la banca.
Margaret Thatcher cuando tomó el
poder (1979 a 1990) se encontró con un Estado sobredimensionado, con un gasto
público enorme y una inflación disparada, unos sindicatos muy potentes y altas
tasas de paro. Por ello, Thatcher dio con las reformas clave para reactivar la
economía británica. Se recortó el gasto público pero se bajaron los impuestos; se
realizaron privatizaciones (British Petroleum, Jaguar, British Airways y British Gas) para
estabilizar el gasto público, se dió estabilidad a los precios, el gran poder
de los sindicatos tuvo una clara disminución y los mercados como el de
telecomunicaciones, gas y agua se abrieron a la actividad económica financiera
británica con respecto al mundo.
La reforma del mercado laboral británico,
que inició en 1981, se centró en apartar a los sindicatos de las decisiones de
contratación y de política salarial, inhabilitando su capacidad de influencia
en política macroeconómica. Eliminó la mala praxis de las prácticas sindicales
por la cual solo los afiliados a un sindicato determinado podían ser
contratados; eliminó los complementos al subsidio de paro básico y aplicó
impuestos al mismo. El resultado del conjunto de estas políticas fue la flexibilización
de la contratación y del despido, hecho que a la larga ha permitido al Reino
Unido adaptar mejor su capital humano a los requerimientos del mercado y
registrar tasas de paro por debajo de la media europea.
Respecto a la política fiscal, los impuestos
sobre las rentas del trabajo y del capital se redujeron, Thatcher redujo
el tipo marginal máximo del impuesto sobre la renta del 83% al 40%, y el básico
del 33% al 25%. Respecto al impuesto sobre los beneficios empresariales, para
las pequeñas y medianas empresas pasó del 42% al 25%, y para las grandes del
52% al 35%. Estas políticas impulsaron la inversión tanto interna como extranjera.
El siguiente gráfico nos muestra como la Inversión Extranjera Directa se
incrementó en el Reino Unido de forma exponencial, comparada con los
principales países europeos:
Figura 2: Inversión Extranjera Directa en diferentes países europeos
(1970-1990). Fuente: Grahame Allen & Aliyah Dar (2013).
En relación al crecimiento del PIB, Reino Unido
creció por encima de la media europea durante los años del manado de Thatcher.
Posteriormente, el crecimiento fue sostenido hasta la crisis de 2007:
Figura 4: Evolución de la tasa de crecimiento del PIB en el Reino
Unido y en la Europa de los 27 (1980-2012). Fuente: International Monetary
Fund.
Por último, en
cuanto a la renta per cápita, entre
1979 y 1990 la renta per cápita en el Reino Unido se duplicó.
En valores absolutos, no obstante, el PIB per cápita del Reino Unido en 1990
aún seguía por debajo de países como Alemania, Francia y los Estados Unidos. En
términos de renta disponible, la
media de ésta en el Reino Unido se incrementó en un 74% durante la
era Thatcher. En valores absolutos, el incremento fue generalizado: desde el
10% de los trabajadores y pensionistas con menores ingresos, hasta el 5% más
rico.
La renta creció por
tanto en todo el período (1979 a 1990) y en todas las clases sociales durante
el mandato de Margaret pero la desigualdad creció dentro de este al crecer la
renta de manera más notoria en los segmentos ricos de la población que en los
pobres.
En valores
relativos, sin embargo, el incremento fue substancialmente mayor para los
trabajadores y pensionistas con mayores ingresos:
Figura 5: Evolución de la renta disponible en el Reino Unido
(1961-1990). Fuente: Institute for Fiscal Studies.
Margaret Thatcher fue una mujer adaptada
a su tiempo. Fue una mujer y una personalidad valiente y fuerte consciente que
la manera viable de cambiar el mundo es a partir de reformas dentro del Estado
y de sus instituciones. Ella era consciente de que las medidas que tomó no iban
a ser justas para la viabilidad de su formación política y su futuro dentro de
ella. Lo que sí que es irrefutable es que sus medidas dieron frutos de los
cuales parte fueron la base del gobierno británico socialista de los 90s. En
pleno siglo XXI varias personalidades como David Cameron, Mario Monti o Angela
Merkel han sido herederos del legado de Thatcher y empezaron a cosechar sus
beneficios en el inicio de su presidencia.
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