Banderas, trabajo y un sueño.

Desde principios de los años 70, ya antes de la llegada de la restauración democrática de 1978, el pueblo español se caracterizó por pelear en las calles lo que se negaba en los parlamentos. Democracia, trabajo digno, libertad, igualdad...millones de personas han ondeado desde siempre estas banderas: las más importantes.

Sin embargo, cuando los años de vacas gordas llegaron -elevados sobre una horrible burbuja-, las calles poco a poco se vaciaron y el pueblo español, que siempre ha tenido un  fuerte carácter solo volvió a desbordar las plazas con el 15M. En ese mismo año, 2011, hubo un gran huelga general que precedió, al año siguiente, a 2 más -la segunda de ellas se convocó a nivel internacional- . Siempre. contra la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas y contra los recortes que terminaban provocando emergencia social, pobreza y desigualdad.


¿Y ahora?

Parece que nunca más se quiso hablar de movilización obrera a nivel nacional. Los sindicatos, adormilados o más bien, amaestrados, abandonaron a quienes tenían que defender. Así, el Gobierno Rajoy pudo centrarse en defender la ilegalidad de los protestas y la imposición de la Constitución como si nadie creyera en ella. 
Y no es extraño ya que día a día, la Constitución que debiera representar a todos se convierte en papel mojado: por ejemplo, cuando nos desahucian, violando el artículo 47; cuando te explotan laboralmente o un hombre cobra más que una mujer; violando el artículo 123. Pregúntate a cuántas personas conoces que trabajen más de 8h al día. Pregúntate cuantos casos conoces de personas que quedaron en la calle sin más opciones.


Artículos 47 y 123, de los más importantes de nuestra Constitución.



Recuperación económica: el gran sueño liberal.

España salió de la recesión en 2013. Desde entonces, y a ritmos elevados de entre el +1.4 y +3.3%, España ha recuperado buena parte de lo perdido entre 2008 y 2013. Pero solo en términos macroeconómicos, ya que esta recuperación nunca llegó a los salarios de los españoles, que en estos casi 9 años, perdieron un poder adquisitivo, de media, del 9% de su renta.

En el mismo periodo de recuperación económica, los empleos temporales y parciales han supuesto el 80% de los nuevos contratos, y cada semana se trabajan gratuitamente en torno a 3.500.000 de horas. Esto son exactamente 62.500 puestos de jornada completa que nadie paga y nadie cobra.

Fuente: Datos de Eurostat y gráfico de El país. Ajuste por tamaño del hogar:
la primera persona mayor de 13 años tiene peso 1, las siguientes 0'5 y
los menores, 0'3.


Y los muertos. Los más olvidados. En 2003 empezaron los registros por asesinadas por violencia de género. Hasta 2016 eran más de 1100 asesinadas. Por comparar, sólo en el periodo transcurrido de recuperación económica (2013-2016), 2227 trabajadores han muerto en sucesos relacionados con sus trabajos. Y no, no es una cifra en descenso. Según el propio INE, en 2013 fallecieron 447 personas; en 2014, 565; en 2015, 608; en 2016, 607. 
¿Y sabemos a qué se deben estas muertes? Sí. Más de la tercera parte, murieron por infartos o derrames causados por el estrés sufrido en su trabajo. Pregúntate de nuevo: ¿esto lo has visto en la televisión?

Y además, las empresas gastan en salarios menos que nunca al año. De nuevo, el INE nos ayuda en la labor de conocer mejor todo. En 2008, el conjunto de los asalariados percibieron ese año un total de 560.000 millones de euros, que significó un 51% del valor de lo producido. En cambio, en 2016, ese porcentaje fue del 47%, el más bajo desde 1995, cuando se inició la serie histórica. 


Al final, solo queda hacer terminar el sueño.

Como resultado de aquel sueño liberal que comenzó hace varios años, tenemos una clase trabajadora precaria, con miedo a salir a la calle y hasta manipulada para ir contra sus intereses. 
Jamás tendremos un país prospero sino defendemos lo que debe ser nuestro. Y nunca un país tendrá una convivencia pacífica si se quiebran lo derechos más mínimos. Un país, una patria, es creada por su gente, sus actos y el respeto a las ideas mutuas. Ahí encontraremos el principio para buscar el resto de soluciones.
Para terminar, deseo decirte que sé y quiero que sepas que los sindicatos tradicionales no harán nada. Nadie convocará una huelga general que es obligada sino lo hacemos nosotros. Sé y quiero que sepas que los partidos clásicos y clasistas no harán nada: no le importamos, no te representan. 
Y nosotros, ¿seremos capaces de representarnos a nosotros mismos? 


Dedicado a todos aquellos héroes anónimos que sufren en silencio y quieren gritar y a todos los que gritan por ellos y nosotros.

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