Banca pública y Bankia.

Hoy Alberto Garzón, líder político al que admiro y respeto, escribía en El País "Por qué necesitamos una banca pública", y a su vez, conocíamos los resultados del año 2015 de Bankia, gratamente positivos. Ambas noticias están relacionadas en buena parte.
En primer lugar, el líder de Unidad Popular, habla de la necesidad de crear un "polo de banca pública que proteja a la ciudadanía y sus ahorros, otorgue alquiler barato y ayude a reducir el poder de la oligarquía financiera y transformar nuestro modelo productivo", algo completamente necesario en nuestro país en mi opinión. Sin embargo, Alberto omite un dato clave: Bankia es, de facto, una entidad bancaria pública, aunque sabemos que él es consciente de ello.

En clase (soy un humilde alumno de Economía), hoy discutía con un compañero sobre esto. Le comenté que para mi, a pesar de que la titularidad de la entidad sea pública, Bankia no actúa como tal. El mayor banco público del país ganó 1.040 millones €, un 39.2% más que en el periodo anterior. Este es el mayor dato, pero otros datos invitan al optimismo, como el aumento de 2.19% del valor de la acción en el último año, la bajada de la morosidad del 12.9% al 10.8%, la mayor cobertura de saldos dudosos desde el 57.2% al 60% y, por qué no, un 1% menos en el cobro de comisiones. Por otro lado, Bankia repartirá a sus accionistas 302 mill. en beneficios y el Estado, quien rescató a Bankia con nuestro dinero, verá retornados 194 mill. del rescate, dando un montante devuelto de 1626 mill. (sobre casi 24.000 mill. del rescate total.) Además, los créditos a Pymes y al consumo crecieron un 16.6% y 38%, respectivamente.


Estos son los datos que podría entender cualquier persona. Son positivos, sí. Pero en el fondo de la cuestión, a pesar de los aumentos al crédito y devolución del rescate, pienso que Alberto tiene razón: necesitamos que los beneficios de crezcan anualmente (pero sin abusar del consumidor entre otras cosas) para que la devolución del rescate se asegure, pero también que Bankia se ponga en buena parte al servicio de la ciudadanía. Esto no sería, en mi opinión demasiado complicado, solo hace falta tener voluntad. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid ha logrado la cesión de 300 viviendas para alquileres sociales, y podrían ser más, si más CC.LL. y CC.AA. se pusieran a trabajar para por ejemplo, familias sin recursos.

El rescate a Bankia dolió y aún duele en el corazón de muchos españoles. Normal, se rieron de nosotros, nos robaron y estafaron y les dimos nuestro dinero y sacrificio. Pero esos 24.000 mill fueron el mal menor en comparación a recurrir al Fondo de Garantía (hasta 100.000€ por depósito, la entidad tiene 10 mill de clientes) que no sabríamos si hubiera sido posible pagarlo. A su vez, el sentimiento de estafa, ni poco extraño ni falto de razón por todas partes (preferentes, salida a bolsa, black, etc.).

Así, la recuperación de Bankia es favorable para el contribuyente, porque ahí está en juego nuestro dinero, pero también que la entidad se ponga a ceder vivienda, evitar desahucios, conceder créditos blandos y otros (sin caer en créditos "tipo" subprime), para que los ciudadanos españoles podamos pensar que el rescate de hace unos años sirvió para algo más que para ver la imagen de rescate a banqueros y no a los ciudadanos, porque a nosotros, del mismo modo que a ellos si, nadie nos ha salvado.

Comentarios

  1. Parte 1
    Dijo Milton Friedman en una ocasión: ''Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados''.
    Me parece respetable defender una banca pública, siempre y cuando asumamos que el criterio de rentabilidad queda supeditado al ''interés general''. Ahora bien, ¿qué es ese interés general?. No sé responder a eso.
    Lo sencillo es asumir que una banca pública concederá mayores facilidades crediticias, rebajará el coste de los alquileres de las viviendas en propiedad y que favorecerá proyectos enmarcados en ''la obra social''. Los rendimientos serán menores para los propietarios del banco, a cambio se favorecerá a gente en dificultades.
    Más allá de concepciones morales y éticas acerca de quién merece qué, parece claro que el valor de desearle el bien al prójimo ha sido, es y será bandera de cualquier causa emprendida por gente noble. En esto estamos todos de acuerdo. Quizás el problema venga de discernir qué es positivo y que no lo es para la mayoría de gente. Y en ese sentido los especialistas de la materia en cuestión tienen mucho que decir.
    En mi opinión, el problema no viene del régimen de propiedad en sí, viene de las personas. Y las personas se mueven por incentivos. Uno de los más relevantes es el del egoísmo, egoísmo que en el extremo puede contemplarse como mero instinto de supervivencia. O tú o yo; si no yo vendrá otro...etcétera. Una banca pública quedaría regida por personas, no por héroes o superhombres, serían seres humanos cuya nobleza y honestidad no serán demostradas totalmente hasta el día de su muerte, tarde para que el juicio haga más que reafirmar la sentencia. Sólo queda confiar en ellos. Y lamentablemente viendo el histórico, no puedo confiar en alguien que alcanza un puesto de decisión en una entidad, sea pública o privada, por el mero hecho de que tiene una responsabilidad para con otros o consigo mismo. Nuestra racionalidad es limitada y en definitiva es más sencillo mirarse el ombligo, por no decir que ''el poder es peligroso. Atrae a los peores y corrompe a los mejores''.

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    1. Parte 2
      Si Bankia cede activos o los vende por debajo del valor (bien sea por las circunstancias del mercado o por imposición normativa) sus accionistas recibirán menor rentabilidad en el futuro. Igual de lógico parece esperar que los gestores y responsables de los bancos rescatados presenten su dimisión por ''motivos personales''. Hablando claro, indigna que no asuman su responsabilidad o que no sé les fuerce a ello. Pero cabe preguntarse entonces por qué. ¿Acaso el poder de los propietarios no basta para expulsar a los gestores de su puesto si así lo consideran? ¿Por qué no lo hacen? Quizás todos tengamos intereses en juego y para que el sistema se mantenga debemos respetar los de otros y renunciar a los propios.
      Un último apunte. Cuidado con las cifras. El Estado no tiene asumidas las competencias de Sanidad y Educación más que de manera ''residual''. Convendría quizás comparar la cifra del rescate de Bankia con otra de los ingresos y gastos del ejercicio o para hacerlo menos ideológico: con la emisión de deuda nueva prevista o ejecutada en distintos ejercicios. Este año serán cerca de 226 mil millones de deuda nueva emitida, de acorde a lo presupuestado (comprometido-ingresos esperados). Si el rescate pagado con fondos públicos a la banca preocupa, quizás deberíamos preguntarnos por qué emitimos más deuda, de donde viene el desajuste, por qué podemos seguir endeudándonos y quién tiene en sus balances la deuda pública.
      Hoy en clase he escuchado lo siguiente: ''Como vemos a lo largo de la historia el poder soberano y el dinero han ido muy unidos. Hoy en día lo monetario y lo público siguen entrelazados. Da la sensación de que uno es fagocitado por el otro''. Cualquier soberanía debe tener límites. Parece natural esperar que no sean autoimpuestos. Esa teoría viene del s.XIV. Más nos valdría aprender todo lo que podamos.
      Gracias por tu post, por ayudarme a aprender y facilitarme un punto de vista diferente al propio.

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