Es posiblemente uno de los temas más discutidos de la
disciplina económica. Nos enfrenta a unos economistas con otros, haciendo
imposible que lo veamos de un mismo modo. Pero no solo a economistas, sino
también a la población en general por lo que es posible que no estés de acuerdo
con según qué cosas de este artículo. Sí, hablo del Salario Mínimo
Interprofesional. ¿Sabrías definirlo ahora mismo?
“El salario mínimo interprofesional (SMI) es la
cuantía mínima de retribución que deben percibir los trabajadores por cada
jornada de trabajo (hora, día o mes). El importe se fija anualmente mediante la
publicación de un Real Decreto.” Esta sería la definición más técnica sin
entrar en opinión del SMI.
Hablamos de una paga
que sería la mínima para un contrato de
jornada completa y establecido de forma neta, es decir, ya libre de impuestos. Fue
una de las grandes conquistas laborales del siglo XX, junto con la jornada
laboral de 8h y la inclusión de la mujer al mercado laboral. Esto se refiere,
claro, a economías del Primer Mundo… ¿o no? Por otro lado, se ha dicho
muchísimas veces que el SMI genera paro, ¿esto es cierto? Parece que estas son
las 2 principales preguntas a responder, porque después encontraremos más
respuestas a preguntas que posiblemente no nos hemos planteado antes.
Gráfico 1; de El Confidencial con datos de Eurostat. Importante: los salarios son en 12 pagas. |
Gráfico 2: Fuente propia, datos de Eurostat. |
Gráfico 3: fuente propia, datos de Eurostat. |
Desmontado el gran mito, es posible que te acuerdes de EEUU y
Japón, las otras dos grandes referencias mundiales (olvida China, por su
regulación laboral casi inexistente). Allí tienen su propio método, que
resumiremos en que “cada estado o prefectura elige su propio nivel de paga mínima por hora”, habiendo en EEUU un mínimo establecido desde el Gobierno
Federal, y uno que decide cada estado, aplicándose siempre el más alto, aunque
con algunas excepciones.
Por tanto debemos pensar en que lo que provoca el paro en un
país, no es su salario mínimo (o no al menos), sino el conjunto de la
estructura del mercado laboral: precariedad, temporalidad, y límites en los
derechos de los trabajadores establecidos por el Gobierno de la nación
concreta.
¿Y los
precios?
Cualquier variación en los salarios tiene un efecto directo
en los precios. Y el SMI no es una excepción. En este sentido, un pensamiento
habitual suele ser “bueno, en Francia cobraran el doble y Luxemburgo el triple,
pero allí la vida es más cara”. Es cierto. Sin embargo, gracias al portal
Numbeo, entre otras fuentes, se demuestra cómo, en todos los países que superan
nuestro SMI, y salarios en general, la diferencia es mayor en el salario mínimo
que en los precios. Por ejemplo: en Luxemburgo, los salarios son un 161% más
elevados que en España; los precios solo un 47%. Y así con todos los países de
nuestro entorno, no falla. Por tanto se demuestra, que un mayor nivel de SMI no
tiene por qué afectar a largo plazo al
poder adquisitivo.
Entonces,
¿qué importancia tiene el SMI?
Principalmente, para los economistas de mi signo pero también
para gran parte de la población, el SMI es vital
a la hora de establecer un nivel de salarios dignos para la economía, y una
cierta seguridad de ingresos. Porque un trabajador
ni puede ni debe ser pobre. Pero la política debe ser ambiciosa, y buscar
que los salarios en el país superen por mucho el SMI. En España, casi el 35% de
los trabajadores no llegan a 600€, cuando nuestro salario en 14 pagas está en
655. Además para que nos hagamos una idea, ganar el SMI en España, significa ganar unos 5€ la hora: yo gano 4.8€. Aquí el problema, ¿cuál es? ¿El troceamiento de una jornada laboral en al
menos 2 parciales para ahorrar dinero por parte de la empresa? ¿La propia
estructura del mercado laboral, encaminada a la creación de trabajadores
pobres? Ahora piensa que lo deseable
siempre es que el mercado laboral actual, pague las pensiones hoy y en el
futuro. Las cuentas no salen, porque si los salarios son bajos, también lo
es la recaudación de la Seguridad Social.
Por tanto el SMI es, en última instancia, uno de los símbolos que definen al país,
y hacia qué tipo de mercado laboral quiere ir y que nos habla sobre poder adquisitivo, desigualdad y
reparto de renta y pensiones, principalmente. Así que, no tengamos miedo a subirlo, aunque no de forma drástica.
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