2018 puede ser el año de
inflexión para el euro. A pesar de los iniciales meses de este nuevo año
todavía nos queda mucho por contemplar y esperar de nuestros políticos europeos
que marcarán un antes y un después en la Eurozona. Luces y sombras en el
panorama de la UE sin duda alguna:
Bandera Europea Rasgada. Fuente de Pixabay |
LUCES
Alemania ha conseguido formar gobierno tras unos
largos seis meses de negociaciones. El país Germano ha vuelto a
retomar parte de su fuerza política, debilitada ante una UE expectante de la
formación de un fuerte gobierno alemán. Tras meses de duras
negociaciones, especialmente con el SDP (Partido Socialdemócrata de Alemania) y teniendo a fuerzas
de extrema derecha (próximas a movimientos nazis), Merkel ha conseguido
conformar un gobierno para lo que se espera que sea su última legislatura
puesto que su posición se encuentra muy dañada.Alemania y Francia bailan juntos y Europa
avanza pese a que hay que estudiar a qué velocidad logran marcar el vals. Este
sin duda es el último mandato de Angela Merkel y la dama de hierro alemana dará
un golpe en la mesa si es preciso en materia de inmigración y de gestión de la
crisis de refugiados para que el resto de los países miembro hagan frente a sus
responsabilidades definitivamente.
Habemus vicepresidente del BCE: Luis de Guindos. Tras la repentina
(y estudiada) retirada del candidato irlandés, España tiene la puerta para
volver a ganar representación política y económica en la UE. La Unión ha
reconocido todos los esfuerzos (y ajustes desproporcionados basados en la
austeridad) y nos ha recompensado con un sillón de cuero de la mejor calidad
para mayo. Limpio y reluciente, como nuestra presentación económica como Estado
Miembro europeo hacia al exterior (y que, por dentro, a nivel interno, mama
Bruselas nos sigue obligando a mayores políticas de Austeridad pese al
desacuerdos de personalidades políticas de todos los colores y una tendencia
marginal al consumo que sigue pendiendo de un hilo)
Mário Centeno, ministro de Finanzas de Portugal es el
tercer presidente del Eurogrupo. Portugal gana posiciones en la Unión
Europea tras observarse el “milagro de izquierdas” que vive su país con un
crecimiento económico espectacular basándose en diálogo, entendimiento y
beneficios tanto para la fuerza trabajadora como para los que impulsan la
economía proporcionando empleo. A pesar de ello, Centeno no dispondrá
de margen para hacer cambios radicales, su habilidad dependerá que el Eurogrupo
adopte unas posturas alejadas de la austeridad, clave de la victoria de su
Gobierno en Portugal.
SOMBRAS
Macron ya tiene enemigos: Polonia y Hungría. Estos países
critican su liderazgo y su posición europeísta. Macron reivindica unos
valores: la libertad, el respeto a la justicia y la democracia. Estos
valores de comunidad europea no son compartidos por todos los Estado Miembro
tras lo que hemos observado en los últimos sucesos en Polonia.
El presupuesto para la eurozona es materia pendiente
para la UE. Un presupuesto para la eurozona. Una de las propuestas estrella
de Emmanuel Macron ha sido recibida con frialdad, cuando no oposición abierta,
no solo en Berlín, sino en buena parte de los países europeos. Los motivos son
diversos, pero el resultado, el mismo: tiene pocas opciones de salir adelante.
Lo más destacado a nivel de espíritu
europeo fue el acontecimiento de las listas transnacionales.
Tras el enfrentamiento a movimientos
populistas, nacionalistas y euroescépticos en los pasados años, la propuesta de
unas listas transnacionales alimentaba la esperanza de ese demos
europeo renovado y con el valor de la pertenencia a una comunidad en su
cúspide.
Esto se debe a que la asignación de una
parte de los escaños a la lista europea de diputados permitiría a ciudadanos de
toda la Unión a votar directamente a los partidos europeos y candidatos que
consideren óptimos y adecuados más allá de las votaciones de sus dirigentes
políticos en la UE de carácter nacional. La asignación, por tanto, de un número
de escaños en el Parlamento a una lista de toda la Unión Europea generaría un
debate europeo que haría el papel del Parlamento y de la Comisión mucho más
legítima para los ciudadanos.
A pesar de la continua crítica contra estas
formaciones por todos los partidos moderados y líderes en Europa, el Parlamento
Europeo ha rechazado una propuesta que hubiese acercado las instituciones
europeas a todos los ciudadanos europeos.
El problema de este rechazo surge fruto de
la tensión entre el supranacionalismo y el Intergobernamentalismo, es decir,
entre los Estados Miembro y la Unión. Las capitales de cada Estado se oponen,
de forma natural, a cualquier pérdida de poder de representación en el
Parlamento.
Tampoco la oportunidad del Brexit dio un
aliento de esperanza a esta concepción de demos europeo. La retirada del Reino
Unido de la Unión en marzo de 2019 liberará 73 de los 750 escaños en el
Parlamento, dos meses antes de las elecciones europeas del año 2019. Esto
implica que el Parlamento podría decidir sobre el uso de los asientos sin
disminuir el número de escaños reservados a Estado Miembro.
Este rechazo de
las listas transnacionales no hace sino aumentar el
euroescepticismo y la oportunidad para aquellos partidos anti-UE que podrían
ver reforzados sus ideas proteccionistas y nacionalistas.
El único argumento contra las listas
transnacionales que podrían considerarse como coherente sería ser el afirmar
que un año como periodo temporal hasta las elecciones europeas del 2019 no dan
un gran margen de maniobra para hacer los cambios necesarios de las leyes
electorales y procedimientos en cada país basándonos principalmente en la
incertidumbre de su aprobación en todos los Estados miembros.
Existen aún oportunidades para la reforma
de la UE y profundización de los ideales europeos. Los contextos políticos y
económicos favorables presentes tras la recuperación de Europa tras la crisis
del 2008 no durarán para siempre.
La UE necesita de una gran solidaridad
entre los Estados miembros para poder profundizar nuestra Unión económica, para
la gestión de flujos de inmigración y refugiados; para relanzar, en líneas
generales, el proyecto europeo.
Sólo el éxito en estos ámbitos puede
prevenir al populismo y al nacionalismo de alimentar la separación de cada
territorio europeo amparándose en ideales radicales nacionalistas. A pesar de
esto, los propios líderes europeos saben que no sirve de nada abrir decenas de
debates sobre qué caminos recorrer si no se da ningún paso.
“Tenemos que tener cuidado de que no
ponemos una hoja de ruta sobre otra hoja de ruta, que esté a su vez sobre otra
hoja de ruta” - Jeroen Dijsselbloem.
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